"El dar para recibir": ¿Frase para quedar bien y sólo recibir? o ¿la coartada perfecta para el acaparador?
"El dar para recibir": ¿Frase para quedar bien y sólo recibir? o ¿la coartada perfecta para el acaparador?
"Dar para recibir", ¡¡¡Cuántas veces ha sido empleada como auténtico cajón de sastre para quedarse con todo (y con todos)!!!
La escuché hace más de unos 9 años en una jornada de formación inmobiliaria. El disertante del curso (y agente inmobiliario), bastante conocido en el medio entonces (y también ahora), la repetía como un auténtico mantra poniendo cara de santulón iluminado. Tuvo una "actuación" bastante aplaudida en su "show formativo". Porque eso era. Una actuación melodramática digna de un actor. Me dejó convencido. Salí de la formación con la idea samaritana de aplicar dicha frase e ingenuamente esperaba que "el dar para recibir" era algo más que una mera frase políticamente correcta. Porque como cualquier cosa en la vida, una cosa es decirla y otra bien distinta hacerla.
Al cabo de cierto tiempo, se dio la circunstancia que una propietaria a que yo había vendido hace algunos años atrás una vivienda en el sevillano barrio de Nervión quería esta vez vender una casa ubicada en un pueblo del Aljarafe (Tomares). Ni corto ni perezoso, recordé al compañero del curso que en su momento dijo eso de "dar para recibir" porque en ese pueblo él tenía más experiencias de ventas que la que yo podía ofrecerle ese momento a mi antigua cliente. Lo llamé y le puse en situación. Me comuniqué con mi antigua cliente y me dijo que, dada la confianza que tenía en mi persona, me iba a hacer caso y le iba a dar la exclusiva de venta al compañero referido. Y eso pasó. A continuación recibí las "efusivas" gracias correspondientes del compañero "actor".
Pasados 5 o 6 meses en los cuales este compañero no tuvo la gentileza de informarme sobre la gestión de venta de la indicada cliente (no sé a la fecha si vendió o no la propiedad) me percaté que éste "compañero" había captado una nota de encargo de venta de una vivienda a escasos metros de mi oficina ubicada en Nervión donde yo, obviamente, tenía más experiencia en ventas que la que él podía ofrecerle a su cliente. Seguramente el dar esos cursos los asumió también como una buena opción de "captar" a unos cuantos incautos como yo. Nunca intentó de forma recíproca devolver las atenciones que yo tuve con su persona. La reciprocidad estaba claro no entraba en su conducta.
El hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Y yo no voy a hacer ni menos hombre ni menos animal:
Al cabo de un año de esa mala experiencia con aquél compañero "actor", tuve la nefasta idea de nuevamente dirigirme a la misma inmobiliaria:
Un familiar me indicó que su mejor amigo quería vender su espectacular chalet en Espartinas. Y yo al saber esto tuve la ocurrencia ingenua de nuevamente dirigirme a aquella inmobiliaria pero ésta vez contacté con una agente inmobiliaria que gestionaba viviendas en Espartinas para comentarle sobre este chalet. Nuevamente haciendo el tonto, me desplacé con ella al chalet en cuestión para que la conozca el dueño y convencerle que ella era la elección correcta. Gracias a aquello finalmente esta amistad de mi familiar le dio la exclusiva de venta a esta "experta" en la zona. No sólo le mandé datos de un propietario referido sino que personalmente invertí X tiempo en desplazarme y apoyar activamente en la captación de esta propiedad. Al cabo de unos meses mi familiar me dijo que dicho propietario había encontrado un cliente gracias a esta compañera "experta". Ella NUNCA me llamó para agradecerme. NUNCA tampoco me mandó algún propietario como referido. Eran de la misma escuela el "actor" y la "experta". De la escuela de oportunistas, ventajistas y por supuesto acaparadores profesionales.
De todo se aprende. A continuación acepté todos los encargos de venta de viviendas situadas en el Aljarafe y gracias a aquella mala experiencia tuve y tengo la experiencia de venta para asesorar a un propietario en dichos pueblos del Aljarafe. La última venta la hice en el mes de enero: una preciosa casa adosada vendida en Castilleja de la Cuesta en sólo 50 días.
